
Si no hacemos ejercicio, nuestros músculos se volverán flácidos y débiles. Nuestro corazón y pulmones no funcionarán eficientemente. Y nuestras articulaciones estarán rígidas y se podrán lesionar fácilmente. La inactividad es un riesgo para nuestra salud. Expertos recomiendan que mínimo nos ejercitemos entre 3-5 horas a la semana, puede ser cualquier actividad que nos haga mover, que aumente nuestro ritmo cardíaco y que nos dé suficiente placer para hacerlo regularmente. Es muy importante aprender este hábito de hacer ejercicio y ojalá sea desde pequeños. Hacer deporte en familia, si tienes hijos, regístralos en clases de deportes, acompáñalos a las prácticas, pero sobretodo apóyalos.

Algunos de los beneficios del ejercicio son obvios. El aumento de la masa muscular provoca un aumento en el metabolismo, por lo que es más fácil mantener un peso saludable. A la mayoría de las personas les gusta la forma en que se ven cuando tienen músculos más definidos. No sólo eso, tambien te haces más fuerte, más rápido, más flexible y más ágil.

Se sabe que el ejercicio regula las hormonas claves del hambre, como la leptina y la grelina e incluso puede promover una digestión más saludable. El ejercicio no sólo regula el apetito, sino que muchas personas sentimos la necesidad de comer alimentos más ricos en nutrientes después de alguna actividad física.

El ejercicio ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina. También afecta la energía almacenada y la regulación de cómo se utiliza. Ésta es una de las razones por las cuales el ejercicio puede hacer que nos sintamos más enérgicos durante todo el día.
Cuando hacemos ejercicio, nuestros músculos se vuelven más fuertes y algunas veces más grandes, dependiendo del ejercicio. Se aumenta nuestro metabolismo. Y realizar ejercicio, especialmente con pesas, estimula nuestro cuerpo a hacer huesos más fuertes y densos.

El ejercicio es muy efectivo para modular los niveles de cortisol. Aunque hacer ejercicio muy intenso puede aumentar nuestros niveles de cortisol demasiado altos y provocar fatiga. Pero si mantenemos el ejercicio a una duración e intensidad apropiada, ayudará a reducir y normalizar los niveles de cortisol. Esto facilita la quema de energía almacenada (especialmente grasa), mejora el sueño y nos hace sentir más relajados.
El ejercicio regula varias hormonas clave relacionadas con los ritmos circadianos. Lo que quiere decir que cuando hacemos ejercicio durante el día, dormimos más fácil, profundo y experimentamos un sueño más reconstituyente. También se dice que hacer ejercicio demasiado intenso y en horas de la noche puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño.
El ejercicio libera endorfinas y se relaciona con el estado de ánimo. Tomarnos el tiempo para hacer ejercicio puede ayudar a combatir la depresión, la ansiedad y mejorar nuestra visión general de la vida. Hacer ejercicio también aumenta el flujo de sangre al cerebro, lo que ayuda a reducir la inflamación en el cerebro.

Ya sabemos los beneficios del ejercicio, ahora te preguntarás ¿Qué ejercicio es el mejor? Aunque existen diferentes beneficios, dependiendo del tipo, la duración y la intensidad, con excepción del “sobreentrenamiento”, todo ejercicio es extremadamente beneficioso. Qué ejercicio es el mejor depende únicamente de nuestros objetivos personales y de nuestro estado de salud. Pero, lo que más importa es que hagamos algo, incluso una caminata corta. Y mejor aún, hacer algo que disfrutemos, porque si realizas una actividad que disfrutas, lo más probable es que sigamos haciéndolo.